jueves, 17 de octubre de 2019

Contra el alzheimer... Realismo


Existe un exceso de voluntarismo en torno al alzheimer. Todos somos muy conscientes de la gravedad de esta enfermedad y eso produce una atención mediática constante que crea innumerables noticias, y todas esperanzadoras. Sin embargo, lo cierto es que hace quince años que no ha salido ningún medicamento nuevo, y de la famosa vacuna llevamos ya veinte años anunciando su inminente aparición.

Desgraciadamente me toca aclarar esto a muchos pacientes y sus familiares cuando me preguntan por esas noticias. Por supuesto, se investiga mucho, muchísimo sobre el alzheimer, pero a día de hoy ni siquiera sabemos cómo prevenir su aparición, pese a tantos estudios y titulares engañosos. Llevar una vida sana, alimentarse correctamente o desarrollar actividades intelectuales son tan buenas para prevenir el alzheimer… como cualquier otra patología.

Al mismo tiempo, y sin dejar de ser realistas, hay que destacar lo que se ha avanzado en el tratamiento de las fases incipientes del alzheimer. El uso de fármacos ya conocidos se combinan de una manera más eficaz de acuerdo a las características de cada paciente pero, sobre todo, se ha demostrado la eficacia de las terapias no farmacológicas basadas en ejercicios y estímulos de diversa índole.

Y estos avances hay que atribuirlos al esfuerzo y al talento de muchos profesionales sanitarios, psicólogos, trabajadores sociales y cuidadores profesionales y no profesionales. No se llevarán el premio Nobel por descubrir la cura del alzheimer, pero cada día ayudan a centenares de miles de pacientes y a sus familias a retrasar los síntomas más graves, a facilitar los cuidados paliativos y a hacer más llevadero el trabajo de los cuidadores.

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