Ya estamos en verano, y las
temperaturas suben. Muchos de nosotros notamos la influencia del aumento
térmico en nuestros quehaceres diarios, en la conciliación del sueño e incluso en
nuestro estado de ánimo.
Las personas mayores, tienen
un mayor riesgo de sufrir los efectos del calor. Su cerebro, de algún modo,
tarda más en adaptarse a los cambios, ya que el centro termorregulador situado
en el hipotálamo, que regula la temperatura interior, está ralentizado en este
grupo de población.
Para prevenir los posibles
efectos negativos del aumento de temperaturas, hay que tener en cuenta cinco
pasos que recomendamos desde la Clínica de Geriatría Dra. Latorre:
1. La hidratación es lo principal
Permanecer hidratado ayuda
al cuerpo a mantener una temperatura óptima, que debe ser de unos veinticuatro
grados centígrados aproximadamente. Por ello, es recomendable que las personas
mayores beban pequeños sorbos de agua fría u otros líquidos, (como gazpachos,
infusiones frías, horchata, cebada), polos de hielo y gelatinas frescas durante
todo el día
2. A la sombra, mejor
Aunque el sol es fundamental
para la síntesis de vitamina D, imprescindible para el buen funcionamiento del
organismo, en la calle se deben buscar sitios de sombra para descansar. Puede
ser desde un banco urbano hasta debajo de una sombrilla en la terraza de un bar disfrutando del ambiente.
3. Las horas prohibidas
Entre las doce de la mañana
y las seis de la tarde, el sol está más
alto y sus rayos inciden de forma perpendicular a la Tierra, y, por tanto, en
los meses de primavera y verano el calor es mayor en esta franja horaria. Es
recomendable que las personas mayores intenten evitar salir a la calle a estas horas; y, si fuera imprescindible
no deben hacer grandes esfuerzos, como llevar la compra a casa o recorrer
largas distancias.
4. Las comidas, ligeras
Durante el verano la dieta
debe ser rica en frutas frescas y verduras de temporada. Las comidas y cenas
serán más ligeras pero no por ello menos saludables. Los cambios alimentarios
durante esta época del año favorecerá la disminución del riesgo de
estreñimiento y mejorará las condiciones del sueño ya de por sí alterado en
muchas personas mayores.
5. ¡Vístase con ropa de color!
Los mayores no deben vestir
siempre con ropa oscura y menos durante los meses de calor ya que los colores
oscuros absorben el calor aumentando la temperatura corporal. Vestimentas
ligeras, de colores claros y de tejidos naturales deben estar presentes en el
armario.